Hace unos cuantos años tuve ocasión de conocer y charlar con Ana María Matute, reciente premio Cervantes 2010. Primero fue por las calles y cuestas de Cuenca y más tarde en los salones y bares de Arenas de San Pedro (Ávila). En esta villa a los pies de Gredos accedió a una entrevista para una incipiente revista de literatura infantil y juvenil, donde pude descubrir una persona que desde el sufrimiento y la ternura escribía para niños y sobre la infancia. Corría el año 1989 y aquella entrevista se publicó en el número 10 de “Peonza”, mi revista. Puede leerse en:
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/24651733435248506322202/ima0005.htm
Una entrevista donde ella manifestaba que “sin infancia no hay futuro”. Ella era –y es- una niña grande: “Yo no pasé de los once años. Me gustaba mucho contarle cosas a mi hijo, cuentos inventados por mí, ver cómo le fascinaban, después a otros niños. Me gusta el mundo de la fantasía, el mundo mágico, el mundo del niño. También escribo para mayores, pero escribo más a gusto para niños”. Las circunstancias de la entrevista fueron curiosas: medio día, un rincón de un bar con buen jamón serrano, ganas de hablar de muchas cosas y de seguir luego la ronda por la capital del valle del Tietar. Le encantaba haber traducido libros como Frederick y estaba orgullosa de sus “criaturas para niños”: Solo un pie descalzo, El polizón del Ulises, Paulina, El aprendiz…
Ella no quería crecer y lloraba cada vez que leía el final de Peter Pan, un libro “que es la historia de mi vida. La niña que no es que no quiso, sino que no supo crecer, a pesar de que peina ya canas”.
Veintiún años después Ana María sigue peinando canas, ahora con un Premio Cervantes bien merecido. Una escritora que sigue creyendo en las hadas y que va a llenar de magia al premio cervantino.
Para saber más de ella puede consultarse su página oficial: http://www.anamaria-matute.com/ También, pueden leerse entrevistas más inmediatas, una del año 2006 en: http://www.ucm.es/info/especulo/numero35/matute.html Y otra del año 2008: http://www.elmundo.es/larevista/num113/textos/entrevista.html
Y Cervantes se hizo chico
El Ayuntamiento donde dicen que nació Cervantes (solución: Alcalá de Henares) junto a otras instituciones locales y regionales quiere galardonar anualmente desde 1992 (con un parón de no querer entre 1999 y 2004) a un autor de literatura infantil y juvenil español de reconocido prestigio. El premio lleva por nombre Cervantes Chico (o sea, Miguelito, el hijo de la Saavedra). Este año 2010 el elegido ha sido Fernando Lalana por “su amplia y esmerada producción literaria”. El jurado “contempló entre sus méritos el tratarse de una obra variada, dirigida a un amplio espectro de reales y potenciales lectores entre su público, así como su permanente compromiso con la comunidad educativa y con la promoción de la lectura”. Esto de hablar de “espectros” de un escritor suena a visiones y apariciones, pero algo de ello hay en los libros de Fernando. Norabuena. (Para conocer más a Fernando nada mejor que su página web: http://www.fernandolalana.com/)
Y Cervantes se hizo interactivo
En muchos países latinoamericanos el Quijote de Cervantes sigue siendo un libro que se lee en las escuelas. Su personaje central preside muchos parques y plazas y hasta el museo más “quijotesco” en volúmenes e iconografía del mundo está en Guanajuato (México). Este preámbulo viene a cuento por una nueva iniciativa de la Biblioteca Nacional española, que ha puesto el libro original al alcance de cualquier internauta; ya es posible leer el texto en el castellano de Cervantes, su traducción a un castellano actual, a otras lenguas y jugar con sus ilustraciones. Se puede ver en: http://quijote.bne.es/libro.html