martes, 1 de mayo de 2012

SOBRE CUENTOS: VERGUENZAS AJENAS EN MESAS REDONDAS (FERIA DEL LIBRO 2)

Alicia buscando cuentos
Las tres de la tarde debe ser una mala hora para hacer una mesa redonda en la Feria del Libro de Buenos Aires. Una hora en que hablar del tema “¿De dónde salen los cuentos?” requiere mentes más sagaces y dispuestas que las que el pasado 22 de abril presidían una mesa patrocinada por la Sociedad Argentina de Escritores y Escritoras (www.lasea.org.ar), una sociedad que en palabras de su representante “lucha por los derechos de los escritores y por los derechos humanos” (¿Los escritores no son humanos? ¿Los humanos tienen otros derechos diferentes de los escritores? ¿Los escritores tienen más derechos que los humanos?).

Una mesa redonda que parecía la de un restaurante: “Si hablo se me salen los ravioles”. Lindezas como esta que se podían oír desde todos los rincones de la sala Lugones (perdón por el pareado): “Pongámonos de acuerdo”, “Yo estoy por el consenso”, “Hagamos tema libre”, “Pero… ¡hay chicos!”, acompañados de reflexiones culinarias y preocupaciones sobre cuentas fiscales.
H.C.Andersen explicitando el origen de sus cuentos
Y empezó el acto –tarde- con cuatro escritores en el estrado y una moderadora dando vueltas por la sala.
Escritora 1: “No tengo idea de dónde vienen los cuentos”… “Prefiero no saber de dónde salen los cuentos” (¡Para que has venido entonces!).
Escritora 2: “Entiendo que el tema tiene que ver con mis cuentos”… que “tienen que ver con la casa y con las cosas que no estoy de acuerdo”. Clarísimo: los cuentos vienen de su casa, que para eso los hermanos Grimm sentaron precedente escribiendo cuentos “del hogar” (Hausmärchen).
Escritor 3: “Los cuentos nacen de los cuentos” (¡Bravo!). “Somos las personas las que damos vida a los cuentos”.
Escritor 4: “Los cuentos salen de las cabezas de las personas” (otro ¡Bravo!). Y ejemplificó: “El escritor es una especie de cartonero, buscando pedazos de realidad que le sirvan para hacer un cuento. Un escritor trabaja desde la posición del cartonero, con restos del lenguaje, con restos de la realidad”.
Caperucita preguntando al Lobo de qué cuento ha salido
Íbamos mejorando, se leyeron y contaron cuentos escritos por algunos de los escritores, y la moderadora se lanzó a cumplir su oficio con una gran pregunta clave para desentrañar el tema del origen de los cuentos: “¿Qué tienen que ver los libros con las ilustraciones?”. A estas alturas de la mesa redonda la vergüenza era algo más que ajena.
En fin, los presentes en el acto salieron como entraron, sin el menor atisbo de saber de dónde salen los cuentos. Un usuario del colectivo 47 lo explicitó en su pregunta: “Me vuelvo a casa (en el 47) sin saber lo que es un cuento, pero he pasado un buen rato con ustedes”. Un rato lleno de vergüenzas por no entender cómo se puede hacer una mesa redonda sin ninguna preparación previa y que ninguno de los presidientes haya leído a Propp (“Morfología del cuento” o “Las raíces históricas del cuento”, editorial Fundamentos, Madrid, varias reediciones), a Soriano en su edición argentina (Colihue, Buenos Aires, varias reediciones), o un buen diccionario de Literatura Infantil que incluya la palabra “cuento”. En su defecto, teclear “cuento” y “origen” en el buscador preferido de cada uno para hacerse un mínimo guión.
Abuela leyendo el origen de los cuentos a su prole
El premio mayor para un buen ponente sería haber leído a Guillermo Cabrera Infante cuando dice que: “El cuento es tan antiguo como el hombre. Tal vez incluso más antiguo, pues bien pudo haber primates que contaran cuentos todos hechos de gruñidos, que es el origen del lenguaje humano: un gruñido bueno, dos gruñidos mejor, tres gruñidos ya son una frase. Así nació la onomatopeya y con ella, luego, la epopeya. Pero antes que ella, cantada o escrita, hubo cuentos todos hechos de prosa (…) Esos cuentos serían, por ejemplo, narraciones de un día de caza perdido tras un ciervo blanco con un cuerno en la frente. Los cuentos no perduraron en los muros de la cueva, pero no se perdieron: fueron de nuevo encontrados, contados, en la memoria colectiva. Siglos más tarde otro cuentista con el mismo cuento embelleció al ciervo blanco y lo hizo mito al llamarlo unicornio”.
Y el “cum laude” citar a un poeta que se sabía todos los cuentos y que deambuló por el mundo, España y Mexico predominantemente: León Felipe. “Sé todos los cuentos”:
Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan sólo lo que he visto.
Y he visto:
Que la cuna del hombre la mecen con cuentos,
que los gritos de angustia del hombre los ahogan
con cuentos,
que el llanto del hombre lo taponan con cuentos,
que los huesos del hombre los entierran con cuentos,
y que el miedo del hombre…
ha inventado todos los cuentos.
Yo no sé muchas cosas, es verdad,
pero me han dormido con todos los cuentos…
y sé todos los cuentos.

3 comentarios:

  1. Mi agente literario me dice que se puede decir el pecado pero no el pecador. Y que quien quiera saber más que mire la guía de la Feria del Libro de Buenos Aires 2012 que dice que bajo la moderación de Silvia Montenegro, estuvieron presentes en la mesa redonda Adela Basch, Didi Grau, Oche Califa y Ricardo Mariño, el único que aportó ideas que hacian pensar: "El lenguaje es la morada del ser humano".

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  2. Maravilloso. Lo suyo, señor Flor, que lo otro... mmm...
    DW

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