lunes, 30 de enero de 2012

LIBROS PARA PRIMEROS LECTORES (0-2 AÑOS) - Y 5 (QUINQUE ET FINE)

Como empecé diciéndoles, estas entradas para Primeros Lectores nacieron de un encargo de una editorial catalana –ediciones Somoslibros o editorial Bonal- que no paga a sus colaboradores. Su propuesta de libros fue bastante disparatada; la hermana de la editora era pedagoga y como editora “in pectore” impuso libros difíciles o imposibles para niños menores de 24 meses. Uno pudo quitar más de una decena, pero quedaron para ser comentados algunos que yo no pondría en manos de un primer lector (o ya puestos contaría otras historias a partir de sus imágenes).

Intenté entonces sacarles algún partido o utilidad, pero si alguien da a leer La merienda del señor verde a su hijo/a pensando que habla de colores se encontrará con un libro que un adulto necesita repensar y consultar con su analista.

En fin: LIBROS ESPECIALES PARA SEGUNDOS LECTORES (EL PRIMER LECTOR ES EL NIÑO; EL SEGUNDO suele ser SU PADRE O MADRE).

El sueño de Marta
Autor: Antonio Santos.
Ilustrador: Antonio Santos.
16 páginas. 17 x 17 cm. Anaya. Febrero 2007.

Libros sobre sueños hay muchos pero pocos pensados para niños con gusto por los textos poéticos y los cuentos encadenados. Todo comienza con la frase “Del árbol cayó una semilla, y el viento la llevó hasta el lomo de un caballo”, acompañada de la imagen de un estilizado caballo marrón, algo picassiano, sobre el que se apoya un escuálido árbol verde con flores y semillas rojas.

Las ilustraciones, hechas con recortes de cartulina pegados sobre fondo blanco, dan un aire onírico a unos textos que son pequeños sueños de una niña que duerme en su cama azul, con su almohada azul y una luna que la acompaña. Antonio Santos (Lupiñén, Huesca, 1955) quiere regalarles libros a sus hijas y de su imaginación surgen textos de estructura sencilla y conceptos complejos. Pero de sueños y fantasías también saben los niños muy pequeños y les gusta jugar a inventarse mundos. Este libro los ayuda a ello y a aprender que todo puede estar relacionado, incluso las flores y los caballitos alados.

Libro de nanas
Autores: Varios.
Ilustradora: Noemí Villamuza.
120 páginas. 20 x 24 cm. Media Vaca. 2004.

Lo mejor de un libro de nanas es el poder cantárselas a ese destinatario infante con pocos meses y menos años. Un libro lleno de esas canciones de cuna que todas las culturas poseen, y que muchos poetas y literatos han escrito, es todo un regalo para el oído. Leer y hacer escuchar los versos tiernos de Gabriela Mistral en su poema “Apegado a mí” o declamar las “Nanas de la cebolla” de Miguel Hernández es una delicia que educa al niño en el suave sonido de unos versos pensados para hacerle dormir o, simplemente, hacerle sentir el rumor de la palabra.

Una obra pensada para los mediadores, para padres que quieran disfrutar con sus hijos observadores de imágenes y oyentes ávidos. Nana a nana, todo un gran universo poético desfila en la selección realizada por Herrín Hidalgo: Lorca, Celaya, Goytisolo, Víctor Jara, Gloria Fuertes, Nicolás Guillén… Nanas con imágenes delicadas en blanco y negro que apuntan a una interpretación adulta: osos que mecen, cebollas que vuelan, niñas que duermen o se despiertan.

La luna. Cuento para leer a oscuras
Autor: Ignasi Valios.
Ilustrador: Ignasi Valios.
20 páginas. 16 x 19 cm. Anaya. Mayo 2002.

Acercar la poesía a los más pequeños, a esos que escuchan y se fijan en todo lo que les rodea sin saber descifrar casi nada, es una tarea que se hace con canciones, nanas, adivinanzas, dichos, retahílas, poemas y cualquier tipo de verso de la tradición oral. Si las poesías hablan de la luna, de todas las posibilidades de acercar este astro tan idílico a los más pequeños, bienvenida sea.

Esto es lo que tiene esta obra, atrayente por muchos más motivos que unos textos que parten del imaginario popular, donde junto a ratones que miran la luna y quieren llegar hasta ella aparece algo maravilloso: el libro se puede leer a oscuras. En palabras del autor: “Son cuentos impresos en tinta luminiscente y cuando los niños apagan la luz aparecen las imágenes y los textos de forma mágica para ellos. Les encanta”. Y es verdad. Un libro para disfrutar solo, acompañado, a pleno sol o con todo a oscuras. Un disfrute de libro que ayuda a empezar a entender los ritmos poéticos.

La merienda del señor Verde
Autor: Javier Sáez Castán.
Ilustrador: Javier Sáez Castán.
36 páginas. 21,4 x 31,5 cm. Ekaré. Noviembre 2007

Muchos son los libros sobre los colores que inundan las estanterías para primeros lectores, pero ninguno los presenta con vida personal propia y dentro de un relato que tiene tantas lecturas como lectores. Una historia en la que el color verde es el protagonista al convocar a otros colores a resolver un misterio que se va dilucidando entre sonrisas, homenajes al surrealismo -más en concreto a la figura de Magritte- y en coloridas páginas dedicadas al Azul, Amarillo, Pardo, Negro y Púrpura.

Un álbum que necesita mediadores. Padres atentos para que, en los primeros años de sus hijos, los ojos del niño sepan entrar en el juego de pintar pompas de púrpura o cielos azules que el ilustrador Javier Sáez Castán (Huesca, 1964) propone y que, sin entender tantas claves y detalles del libro, disfrutan con señores que parecen salidos de otras épocas. Un álbum que es una clase de pintura.


COROLLARIUM (O CONSECUENCIA DE TODO ESTO): Del libro de La merienda del señor verde ya he hablado un poco en la introducción. Además es un libro algo críptico y con referencias muy adultas, es una obra en la que no hay forma que un niño menor de dos años pase físicamene sus páginas y entienda la vestimenta de los señores y señoras, que no se parece a la de su familia o conocidos de su barrio o pueblo.

El sueño de Marta para mí es un libro fallido, demasiado poético para un primer lector que no entiende la sucesión de apariciones del libro y que no comprende el surrealismo de las imágenes, por más que las explique uno con otros términos y que todo sea un sueño.

La luna es un libro divertido pero imposible para alguien menor de dos años que acaba poniéndose nervioso cuando no ve lo que el adulto dice que hay y que no hay forma que tenga lectura autónoma. Un libro en blanco para lectores más mayores.

El libro de nanas es todo un despliegue de ilustración y edición pero es un libro que físicamente no se puede manejar por alguien pequeño. Imágenes de difícil comprensión lo mismo que muchos textos. Un buen libro para los padres al que se le pediría la música; sin ella una nana es menos nana.

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